Las escenas representadas en la Serie El santoral dominico tienen como fuente iconográfica los grabados del Compendio histórico de la vida de los santos, escrito por el padre dominico Manuel Amado en Madrid en 1829 y regalado a los dominicos de Santiago por el Clérigo Víctor Eyzaguirre Portales.
La utilización de grabados como modelo iconográfico es muy común durante el período colonial y se extiende hasta principios del siglo XIX, especialmente en representaciones religiosas.
Estos grabados fueron verdaderas enciclopedias visuales de los dogmas de la fe cristiana, que plantearon ordenadamente los sucesos de la Cristología, la Mariología y Hagiografía católica que sustentaban las Ordenanzas del Concilio de Trento (1545- 1563).
Este libro fue regalado por la Orden Dominica a Antonio y Manuel Palacios para utilizarlo como patrón en la ejecución de las obras de la Serie El santoral dominico, de los que pueden apreciarse algunos ejemplos. Con él los padres dominicos se aseguraban que las obras de la Serie siguieran un modelo común.