Conservación y restauración son dos disciplinas distintas pero complementarias, que forman parte del trabajo con las colecciones. La primera trata de preservar y mantener de la mejor manera las colecciones que forman parte del patrimonio cultural sin realizar intervenciones sobre su materialidad, mientras que la segunda es el conjunto de aquellas acciones encaminadas a mejorar la estabilidad de aquellas colecciones que debido al paso del tiempo y las diferentes manipulaciones que han sufrido, deben ser intervenidas para poder mantener su integridad física. 

Todo trabajo encaminado a la gestión de la preservación de colecciones debe partir de la evaluación y propuesta de intervención. Las labores de conservación van desde la limpieza y mantenimiento de los ejemplares, en ocasiones se realizan estuches o contenedores de conservación. Cuando las colecciones presentan daños mayores por el contacto con agentes microbiológicos, se suelen realizar desinfecciones, mientras que cuando los ejemplares bibliográficos presentan rasgaduras o faltantes, se realizan intervenciones para poder lograr que las colecciones puedan tener la mayor integridad posible.