Trisagio de Alcedo: de la Catedral a la Recoleta Dominica
El Trisagio solemne a la Santísima Trinidad llama la atención por su circulación y consumo, ya que fue creado cuando el compositor peruano José Bernardo Alcedo trabajaba en la Catedral de Santiago, pero la copia de sus partituras fue encontrada en la Biblioteca de la Recoleta Dominica. Además, destaca por las influencias musicales que convergen en ella, como Rossini y Mozart.
¿Por qué el Trisagio de Alcedo estaba en la Recoleta Dominica si fue creado para la Catedral?
En la segunda mitad del siglo XIX, durante la dirección de la capilla de la Catedral por Alcedo, el Gran Órgano comenzó a reemplazar a la orquesta, utilizándose ésta sólo para grandes ceremonias. Quizás al no encontrar el Trisagio Solemne un lugar en la Semana Santa, Fiestas Patrias o Navidad, fuera utilizado en otro recinto religioso que aún solicitara la orquesta. Pero esto no explicaría por qué las partituras del Trisagio fueron trasladadas a la Recoleta.
"Una relación entre la capilla musical de la Catedral y otras instituciones religiosas en Santiago de Chile durante el siglo XIX ha sido planteada con fuerza por Alejandro Vera, sin embargo, nada es concluyente para afirmar que el Trisagio fuera compuesto originalmente para la Capilla de la Catedral. Tampoco incluye la portada una fecha para datar el trabajo y no tenemos conocimiento de un cargo fijo por parte de Alcedo en la Recoleta, aunque sí de su presencia.
Dos teorías aparecen como las más plausibles: que Alcedo compusiese la obra por encargo para alguna ceremonia en aquel templo, utilizando músicos contratados especialmente -quizás algunos o todos de la Catedral-; o que fuera compuesta para la capilla de música de la Catedral en un primer lugar y luego la partitura haya terminado por razones diversas en el archivo de la Recoleta Dominica" (Rondón, 2009: 14).
Varios estilos confluyen en el Trisagio. Rossini y Mozart están presentes en la mayoría de las páginas de ambas obras. Rossini es una influencia que el mismo Alcedo menciona al nombrarlo "héroe de nuestro tiempo". Es perfectamente reconocible el famoso vuelco "figaro" antes de la última barra de repetición del "tempo primo" del primer movimiento del Miserere, anterior al "Santo" (Rondón, 2009: 14).
Algunos gestos, sin embargo, parecen ser del propio Alcedo, como las conclusiones "abiertas" en la dominante con escalas descendentes cromáticas, que abundan tanto en el Trisagio como en el Miserere.
La armonía cumple un rol dramático también, por ejemplo, en el tercer movimiento del Miserere. En todos estos gestos es audible un compositor en una búsqueda clara de un estilo personal.
"Las cuerdas se encuentran anotadas en la parte superior de la partitura, seguidas del resto de los vientos, percusión y coro, y luego el "bajo", como si se tratara de un bajo continuo. Este es un detalle característico de la notación orquestal de ambas obras".
La influencia de la ópera es clara y definida, en particular en la forma de orquestación con trompeta, cornos y profuso uso del clarinete a dos partes en líneas melódicas. También es notoria la influencia militar en el uso del flautín.
El que en ambas obras haya solos de clarinete puede guardar relación con la estima de Alcedo por su amigo José Zapiola, reconocido solista y virtuoso del clarinete, miembro de la Capilla de la Catedral por esos años.
Según Denise Sargent, esta obra y el Miserere tienen algunas características de la ópera italiana (Sargent 1984: 21-22). Asimismo, el Invitatorio y tres lecciones del Oficio de Difuntos del cantante lírico francés Enrique Maffei, activo en una época similar a la de Alcedo, presenta, entre otros rasgos, un acompañamiento en tresillos de corcheas propio de algunas arias lentas de ópera.
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- Bibliografía
